
Una de nuestras creencias es pensar que estamos atrapados por los acontecimientos de la vida exterior. Por ello ni siquiera nos percatamos de que los seres humanos enviamos y recibimos información energética de manera constante.
Se puede definir la Vibración como el movimiento constante de las partículas subatómicas, movimiento que supone la creación de energía. La Física Cuántica estudia los fenómenos desde las partículas más pequeñas que un átomo (subatómicas), que se mueven constantemente a diferentes velocidades. Este constante movimiento es lo que conocemos como VIBRACIÓN y, por tanto todo, ABSOLUTAMENTE TODO vibra.
Durante el siglo XX los físicos cuánticos descubrieron que las partículas que componen los átomos están formadas por vórtices invisibles de energía extremadamente potente. Si los átomos están compuestos por vórtices de energía, las moléculas que están compuestas por átomos y que se combinan para formar células son también vórtices de energía, y los seres humanos estamos compuestos por billones de células, llegamos a la conclusión de que SOMOS ENERGÍA. Así cada célula de nuestro cuerpo, cada órgano, cada tejido y cada cuerpo en sí tienen una vibración determinada. Pero no solo eso, ya que todo lo que existe a nuestro alrededor está vibrando en una frecuencia u otra, incluso nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestras palabras, nuestros gestos, TODO VIBRA, TODO ES ENERGÍA.
La Física Cuántica ha demostrado igualmente la Interrelación entre el Pensamiento y la Realidad. Formamos parte de un campo invisible de energía que contiene todas las realidades posibles, con el que interactuamos constantemente y que RESPONDE A NUESTROS PENSAMIENTOS Y SENTIMIENTOS. Cada momento del día, seamos o no conscientes, emitimos vibraciones, y esa vibración SIEMPRE regresa a nosotros con la misma frecuencia, no tengamos la menor duda.
Las frecuencias vibratorias BAJAS están relacionadas con sentimientos y pensamientos negativos como miedo, ira, envidia, crítica, culpa, etc., y las frecuencias vibratorias ALTAS se relacionan con emociones, sentimientos y pensamientos positivos como amor, alegría, libertad, compasión, etc. De la misma forma, frecuencias vibratorias altas equivalen a buena salud, y cuanto más baja es nuestra vibración más débiles nos sentiremos, más en baja forma y más enfermamos.
La Física Cuántica afirma que allí donde ponemos la atención ponemos la energía, así que con una INTENCIÓN DELIBERADA podemos cambiar nuestra vibración a voluntad. Eso es lo verdaderamente importante, ya que tener conocimientos sobre estos aspectos nos da la capacidad de no ser víctimas de la vida, sino creadores conscientes y responsables. Mantener ALTA nuestra vibración es NUESTRA RESPONSABILIDAD.
A nivel físico es útil valerse de nuestros propios químicos. Ser capaces de producir hormonas que generan la sensación de bienestar es de gran ayuda. Para estimular la producción de esas sustancias podemos hacer ejercicio, comer de forma saludable, tener relaciones sexuales, meditar, pasar un rato con alguien que nos agrade, dormir, bailar, hacer actividades de relajación…
Por otro lado está nuestra parte emocional. Hay muchas actividades de las que se alimenta el cuerpo físico que también sirven para llenar nuestra mente de altas vibraciones. Así que, cuanto mejor nos sintamos emocionalmente más alta será nuestra vibración. Controlar nuestros pensamientos, elegir las personas de las que nos rodeamos, escuchar música de esperanza y alegría, cuidar nuestras palabras y AGRADECER por todo lo que tenemos son claves para vibrar siempre alto.
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